Jose y su cigarro

     El pequeño José, que tenía una cabeza grande, con ojos verdes y brillantes, tenía una vida tranquila. Vivía en una ciudad mediocre y en una casa pequeña. José era un hombre divertido pero cuando se enojaba, nadie quería ni acercarse a él. Tenía dos hijos y una esposa. Un día por la mañana José se había peleado con la esposa porque José se había olvidado de cargar nafta al auto y la esposa tenía que ir al trabajo en auto. Era un día de trabajo importante para la esposa porque tenía una charla con el jefe y no podía llegar tarde. Entonces José fue muy rápido a la estación de servicio, le pidió al muchacho, llamado Bernardo, si le podía cargar nafta. José estaba furioso porque la esposa estaba enojada y tardaba mucho en cargarse el tanque del auto, mientras la nafta se cargaba José quería fumar un cigarro para aliviar los nervios. Entonces le pregunto al muchacho:
-"¿Bernardo me puedo fumar un cigarro?"
-"No", le respondió Bernardo, la ley no lo permite.
José furioso lo amenazo: -"Si queres hacemos un juicio, yo soy diputado y llamo a un amigo senador".
Bernardo asustado por la furia de José, le respondió asustado: -"No por favor, perdoname si queres fumate un cigarro".
-"Bueno, espero que no te metas denuevo con migo". Le dijo José
Se termino de cargar la nafta y José se fue muy rápido y furioso a la casa para darle el auto a su esposa. Después del día de furia de José, la esposa pudo llegar a la charla del trabajo. En la charla la ascendieron. Cuando José se entero se le fue toda la furia y estaba muy feliz. Finalmente cenaron todos felices y en familia.